domingo, 8 de noviembre de 2009

Una familia desafia a "El Vaticano" mientras nosotros lo subvencionamos

(Información extraida del periódico "Público")
Hice mención de la noticia anteayer pero no conocía la historia, y noticias como esta me dan fuerza para continuar esta lucha aparentemente poco fructífera, contra el elefante iglesia. (lo pongo en minúscula porque gusano no va con mayúscula) Sabido es mi visceral sentimiento de rechazo hacia esta institución maligna de la putrefacción y el engaño, inquisidora dictatorial, de abominables seres obcecados e instalados en la extorsión del alma, siempre a favor del poder y del dinero.
Una sola familia ha conseguido la sentencia del tribunal de Estrasburgo contra los crucifijos en las aulas.
La sentencia ha conmocionado a la Italia católica y, además, sienta un precedente en todos los países que han firmado la Convención de Derechos Humanos, entre ellos España.
En 1985, el Concordato se modificó y el catolicismo perdió su condición de religión de Estado, pero los símbolos cristianos no se descolgaron de las paredes. Esta familia decidió apelar a Estrasburgo, y ahora está sufriendo amenazas de todo tipo hasta plantearse pedir protección. El padre explica que está preocupado y acusa a los dirigentes políticos de "aumentar la intolerancia".
Pero lo peor viene ahora, Berlusconni considera la sentencia “inaceptable” y su partido está recogiendo firmas rivalizando con el otro partido en el Gobierno, el xenófobo de la Liga Norte. También el líder de la oposición, Pier Luigi Bersani, del Partido Demócrata, opina que la sentencia no es sensata. Sólo dos partidos minoritarios (el Radical y el Comunista), así como algunas comunidades católicas de base, han celebrado un dictamen que establece la separación entre Iglesia y Estado. "La verdadera división política en Italia no es entre izquierdas y derechas, sino entre laicos y sumisos a la Iglesia", afirma el padre de familia. (¡Joder! cada vez nos parecemos más a los italianos)
Y yo pregunto ¿En España qué hacemos? ¿Seguimos pagando a estos sátrapas, sólo porque unos cuantos como la Sra De la Vega son creyentes?
Pues que lo sean! ¡Que crean en lo que quieran! Pero que no subvencionen más con nuestro dinero, el de todos, a estos camorristas mafiosos pilares de dictaduras, bendecidores de guerras, dictadores de sus creencias y coaccionarios de la libertad!

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